- Los pesticidas y productos químicos
Los productos que se usan en la agricultura y en la industria convencional liberan enormes cantidades de gases de efecto invernadero, que son causantes directos del deterioro de la capa de ozono y del cambio climático. También perjudican el estado de los suelos destinados al cultivo y las fuentes de agua.

- La deforestación
Los árboles ayudan a purificar el aire. Sin embargo, en las últimas décadas hemos asistido a la desaparición de cientos de bosques en el mundo. Se calcula que cada año desaparece una extensión similar al territorio de Panamá o Portugal. Ante este panorama, los efectos de los gases que se encuentran en el aire son más notorios y pueden causar graves enfermedades para las especies terrestres.

- Los desechos industriales y domésticos
El consumo masivo promueve procesos industriales en cadena que pasan por alto la protección del medio ambiente. Los desechos que se generan tras estos procesos son una de las principales causas de la contaminación.

- Los combustibles fósiles
La excesiva explotación del carbón, el petróleo y el gas natural, entre otros, genera altos índices de contaminación, no solo en el aire sino en los entornos en donde se extraen tales recursos. Hasta la fecha, ninguna convención internacional ha logrado trazar un límite claro entre el desarrollo sostenible y el cuidado de la Tierra.

- Los altos índices de producción de basura
Nuestras sociedades se caracterizan por el alto consumo de bienes, lo cual genera a su vez un alto nivel de residuos. Cuantos más sean, mayores daños causarán a la Tierra. De ahí la importancia de su selección
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